Audiolibro | Poemas selectos de Juan Ruiz de Torres
Selección de poemas del escritor español Juan Ruiz de Torres, en su propia voz. Ediciones Deslinde ha publicado Versos de mi silencio, una Antología personal de toda su obra, preparada y prologada por su viuda Ángela Reyes, con estudios críticos de otros autores.
JUAN RUIZ DE TORRES (Madrid, julio de 1931 – abril de 2014) Dr. Ingeniero industrial, Dr. en Filología Hispánica. Fundador de los Ateneos de Colombia, Chile y Grecia y de la Asociación Prometeo de Poesía en Madrid. Escribió una cincuentena de libros entre poesía, narrativa y ensayo. Fue director de las revistas literarias Cuadernos de poesía nueva, Valor de la palabra y La Pájara Pinta. Creador de la estrofa poética la Decilira. Junto al ingeniero José Javier Márquez realizó el Inventario Relacional de la Poesía en Español, una base de datos con información sobre 5.000 poetas. Creó y dirigió el Premio de Poesía “Encina de la Cañada”. Entre sus distinciones, recibió en el 2004 el Premio Internacional José Vasconcelos concedido por el Frente de Afirmación Hispanista (México). En el dos mil siete se le concedió la “Medalla de la Ciudad” de Villanueva de la Cañada. Ediciones Deslinde ha publicado su libro Versos de mi silencio (Madrid, 2022).
Gaditana
A Ángela Reyes.
El mar, el mar que fuiste y eres
llena mis pozas con las aguas
que hacen salobre la esperanza
y aparca el barco de la muerte.
Gaditana que vas y vuelves,
tan dura y tierna gaditana,
tú siempre mar y azul distancia,
yo apenas hoja en la corriente.
Hay un faro sin luz que espera
la antorcha de unos sentimientos
que cumplen lánguida condena.
Y mientras guardan los relojes
la pesadilla del silencio,
tú seguirás, Cádiz, al norte.
Cumpleaños
A mi hija Ioanna.
Tus cinco velas, hija, a mi retina
tan claras y brillantes, hacen daño.
Tú seguirás arriba, año tras año.
o me estaré escapando por mi esquina.
Mas no quisiera atarte; peregrina,
lábrate un surco límpido y extraño
–hija cándida, virgen, sin engaño–
y con tus ojos busca y adivina.
Márcale las rodadas al futuro.
Siembra y ve que despunta tu simiente.
Llega y arranca la cadena al muro.
Que si un día me buscas de repente,
lleves tu firme, tu pisar seguro,
para besar feliz mi oscura frente.
Cuando acudes solemne
(Olvido de la muerte)
Cuando acudes solemne a la vereda
y rescatas mi vida del fracaso;
cuando tu mano, virgen arboleda,
cubre la mía que huye hacia el ocaso;
cuando lucho por alcanzar la rueda
de la vida y alivias mi retraso;
cuando en la fresca sombra nada queda
que oculte de mi vista tu hondo vaso;
cuando escapa a tu boca ese gemido
y en tus ojos despierta el dios dormido
que me anuncian tu vértigo más fuerte;
cuanto tu voz me busca entre las sombras
y con acento de pasión me nombras,
un instante me olvido de la muerte.
Uno por uno
Todos los que te amaron se perdieron
Víctor Sandoval
(México)
A todos nos gustaba Pilarín,
Espigada, graciosa, coquetuela,
cuando el colegio fuimos en su estela
buques al pairo, zozobrando al fin.
Aunque su seso fuese de aserrín,
éramos llama trémula de vela
con sólo un movimiento de la tela
de su falda de lindo serafín.
Todos detrás, con la razón esclava,
sin orgullo ni hombría ni memoria,
celosos todos y con paz ninguno.
Sí, Pilarín a todos nos gustaba.
Muchos años hablamos de esa historia,
pero nos hemos muerto uno por uno.
Acogida
Deslizaste en mi vida tu presencia
bajo la luz incierta de la Luna.
Eras apenas sombra inoportuna,
silueta que pasea, casi ausencia.
Me sorprendió tu frágil inocencia;
¿qué esperabas allí, sola y ninguna,
abrazadas al pecho muerte y cuna,
arrojándote al viento y la violencia?
Te acogieron mis brazos, mujer triste,
porque duermas sin sed ni pesadilla,
para que halles el río que perdiste.
Y no sé cómo en ellos extraviada,
cuando quiero buscar a la chiquilla,
solo encuentro su lágrima en la almohada.
Sigue en IVOOX el podcast Voces de la Literatura, de Deslinde.
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