Aviso editorial: Jean Aristeguieta y la intuición
(Introducción a LLuvia en la noche, “poesía selecta” de Jean Aristeguieta, Ed. Deslinde, Madrid, 2020)
Lluvia en la noche, «poesía selecta», es el primero de una serie de tres volúmenes con que Ediciones Deslinde propone, a las nuevas generaciones de lectores, una síntesis lírica de la poeta venezolana Jean Aristeguieta (1921-2016), tomando en consideración su extensa bibliografía y también numerosos manuscritos hasta ahora inéditos. Empeño editorial posible, gracias al Frente de Afirmación Hispanista A. C., institución que nos ha brindado tales documentos con el encargo de emprender este proyecto en favor del estudio y la difusión de la mejor poesía en idioma castellano.
El presente volumen, primero de nuestra triple entrega, incluye una selección a partir de 31 libros del periodo creativo 1954-1979, y se basa especialmente en una antología preparada por la propia poeta: Ebriedad del delirio (Ediciones Rondas, Barcelona, 1979). Además, trabajamos con la edición bilingüe de País de las mariposas (Palma de Mallorca, 1973; traducciones al francés de Mathilde Pomés), versos escritos en Caracas entre diciembre de 1968 y enero de 1969, notables por su simbolismo y su tejido arquetípico, lo que motivó una reedición del Frente de Afirmación Hispanista en 2002 con estudio protoidiomático y prólogo de Fredo Arias de la Canal, que hemos escogido, por cierto, para el pórtico de esta estrega.
El título dado a esta selección, LLuvia en la noche, surge de dos temas centrales sobre los que Jean insiste (la lluvia y la noche) y que asocia no pocas veces entre connotaciones místicas, alusión a un ámbito grávido de símbolos, de ecos, y también referente de una identidad mayor que sugiere las intuiciones en medio de la torrencial geografía americana donde ella nació. Un poema homónimo podemos hallarlo en la segunda entrega de nuestra serie. Aquí, no obstante, es donde ambos tópicos adquieren reveladora densidad. «La lluvia ejerce un poder indescriptible en mi espíritu. Cuando llueve la naturaleza se presenta más honda y conmovedora», dice en sus memorias inéditas «Mi vida en la poesía». Al final del poema «Parajes de la noche y de la lluvia», describe así su paisaje interior: «Mi corazón recibe esta abundancia / de la lluvia la noche la vigilia».
Vuelta a la belleza es la segunda entrega de esta serie de Deslinde. Se trata de un poemario hasta ahora inédito, especie de «bitácora» de uno de sus viajes a los orígenes de la cultura clásica occidental donde apuntó, entre abril y junio de 1979, sus asombros, vivencias y presencias, a su paso por «Italia, la bella».
Por último, en el título Las Peregrinas, que cerrará esta triada, tenemos una definición de su destino unido a la pintora Elvira Senior. Quizás sea el más raro e íntimo de estos tres volúmenes, pues los textos nunca se escribieron bajo el imperativo de una futura edición o la búsqueda de perfecciones estéticas, sino que surgieron de heridas en estado puro, como el amor, la soledad y la nostalgia, ante la muerte. Accedemos a confesiones volcadas en cinco libretas, con mano temblorosa, por una mujer de más de noventa años, pero transida aún de inconsolable pasión, después de sufrir la pérdida física de su amada, versos fechados en un breve lapso, entre junio y octubre de 2012.
Hemos podido consultar, para mejor comprensión de su biografía y su poética, legajos de memorias preparadas por la poeta en distintas etapas, como «Mi vida en la poesía», unas 130 páginas, donde hallamos este mito de su nacimiento poético, la extraña aparición de Safo, influencia clásica e irreverente que le iba a acompañar siempre; sucedió cuando, a una adolescente que caminaba por la orilla de un río, le inquietó cómo se llamaba una de aquellas barcas: «El nombre de Safo escrito en la superficie de una goleta que se encontraba anclada en el Orinoco. Las letras con el signo de la poeta estaban trazadas en azul. ¿Por qué me perturbó aquella señal tenue como la brisa?¿Qué enigma surcaba mi intuición? Acudí al diccionario tratando de hallar una respuesta concisa: “Poetisa griega, nacida en Lesbos”…»
La obra universalista de Jean Aristeguieta pertenece a la mejor tradición lírica en idioma castellano. Su palabra es naturaleza, cósmica, vitalista, y al mismo tiempo o sobre todo es misterio, intuitiva, inasible. Mujer de las históricamente consideradas raras o monstruos, porque eligió y fundó su propia senda apartada por donde avanzó hasta el final, comprometida radicalmente con la poesía. «Soy apasionada y distante. Me vuelco en la poesía, lo que no tiene nada que ver con lo social». Escribía oyendo música. Se sintió desoída en un contexto dominado por hombres, estereotipos e intereses políticos, donde no le interesaba escalar. Cantó sin pausa tanto la espesura del mundo como su intimidad con curiosidad ilimitada por la Creación y una vocación creativa incontenible, a pesar de desniveles propios del torbellino expresivo, capaz de inspirarse en los detalles cercanos y en los temas más trascendentales, antepuso siempre a la prolijidad de sus observaciones culturales el espejo, el tamiz de su ferviente personalidad.
Deslinde cumple un deber literario y se regocija por este privilegio.
Queda a los lectores la ventaja de la lectura sucesiva, redescubrir, retomar lo que Jean llamó «mi oscura palabra sensitiva / tanto más flora cuanto más delirio».