Poesía | Selección poética del libro “La claridad profunda”, por Emilio Ballesteros
El arroyo en el bosque
Mariposas azules a las que dicen «niñas» formaban un enjambre de índigo en el agua. Cristalina como era, en su fondo las algas balanceaban su verde cabellera sedosa. Yo buscaba entre ellas alguna rana atenta. Se les oía croar; pero verlas…, ay, verlas; era difícil. Cuando cazaba alguna, en mis manos latía con su suavidad verde y luego la dejaba saltar entre las hierbas. Las ranas eran reinas de un mundo de leyenda. Ellas y las libélulas danzando entre los juncos con sus colores vivos, de metales brillantes; caballitos del diablo, eran las más menudas como jinetes negros y rojos por el agua. Pero, detrás, el bosque se perdía entre los árboles. Troncos con rostros graves, agrietados y mágicos. Ramaje de espesura con setas para gnomos, enanitos y duendes. Olor a suelo antiguo, con hojas descompuestas. Grutas entre las rocas. Y, a veces, una niebla rasgada entre los árboles, fantasmas de otros mundos que asomaban sus almas. ¡Qué misterio el del bosque! Y yo, en él, qué contento.
Quien poseyó la luz
Quien poseyó la luz cegó su brillo,
que el cerco pone fin a su belleza.
No es más hermosa la naturaleza
si un marco la comprime. Lo sencillo
es ver que el terciopelo del membrillo
se moja en el rocío y la certeza
de ver cada mañana que en la pieza
azul relumbra bien el amarillo.
Qué dulce saborear la miel naciente
que llega con la luz que tiene el huevo
y ser destello claro en la corriente.
Que no se pare en ti el verde renuevo.
Mejor ser, que negror, luna creciente,
y que en ti hasta lo viejo sea nuevo.
La mariposa
¿Por qué el misterio de la vida? No, cómo, no. Por qué. ¿Es pura matemática, es solo azar? La oruga vive en la basura, es fea y repulsiva, se arrastra entre las babas y lo pútrido, se esconde entre las hojas muertas, en la tierra más infecta y decaída. Después se tapa en un ovillo abstruso, como una pupa en el estiércol o en la madera putrefacta. ¿Qué pasa entonces? No para qué, ¿por qué?, ¿a qué ese cambio radical e inexplicable que hace a sus miembros tumefactos, alas para poder volar? Vivirá poco, mas, qué bella. Cómo agita en el aire sus colores, baila la mariposa su danza insigne entre las flores, siembra de nueva vida la floresta, renace y muere hermosa, como un canto en la desolación. Qué mágica ecuación la de la vida. Y si es matemáticas, qué grande su inventor.
En el bosque encantado
Dejo mi pie en el agua.
En el bosque encantado la luz deja en las cosas
un perfume de ausencias y un silencio de rosas.
Los pájaros dibujan perfiles que se alargan.
EMILIO BALLESTEROS (Albolote, Granada, España). Poeta, novelista y dramaturgo con diversos premios y reconocimientos de teatro, novela y poesía. Dirige la revista internacional de teatro y literatura Alhucema y ha sido incluido en antologías de España, Alemania, Colombia, Perú, México y Argentina.
Poemas pertenecientes al libro La claridad profunda (Ediciones deslinde, Madrid, 2021).
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