A través de estos versos límpidos, despojados de sobreañadidos o frases epatantes, con poemas que se enlazan como pequeños capítulos de una novela de aprendizaje o un diario, el protagonista es un niño real: aquel que el poeta fue. Mirada y lenguaje brotan de ese niño decidido a permanecer, y con el cual el lector se sentirá plenamente identificado. Rescatar la infancia, “única patria feliz”, esa “verdadera patria”, como diría Rilke, en El juego que nadie ve consiste no sólo en saldar una deuda con un universo perdido, que al menos ya no parece tangible, sino también un acto de fe y reafirmación de la identidad. Libro hermoso y conmovedor, encierra un viaje del poeta hacia sí mismo. Su lugar de encuentro: Morón, pueblo del interior de Cuba, pintoresco, cercano al mar. La Patria se revela allí en las sutilezas de la casa natal, las fotografías que iluminan sus habitaciones, el patio de los juegos, el pecho de la madre, un mango, un arbolito de navidad, los descubrimientos de la belleza o el sexo. De pronto, cuando irrumpen gritos de odio (“¡Escoria!”), acaba un juego y empieza la fuga desesperada, nacer otra vez a lo desconocido. Pero, ahora, de regreso, con el poder evocativo de la palabra, el poeta levanta su país íntimo, anterior a los vaivenes del tiempo y la historia, de donde nunca será expulsado.  |  ILEANA ÁLVAREZ

ISBN: 978-84120956-4-7